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Método
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1
Precalienta el horno a 200°C.
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2
Pon las mitades de tomate (puedes cortar a cuartos los que sean muy grandes) boca arriba en una bandeja de hornear lo bastante grande para que quepan todos en una sola capa. Esparce por encima los tallos de tomillo y el ajo cortado, luego echa el aceite en hilillos y adereza con sal y pimienta.
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3
Mete la bandeja en el horno y asa los tomates durante 45-60 minutos, o hasta que empiecen a arrugarse por los bordes y estén a punto de hundirse.
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4
Saca del horno y deja enfriar unos minutos. Usando la parte de atrás de un cazo, aplasta los tomates contra un colador, extrayendo todo su jugo denso y aromático.
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5
Aparta la piel y las semillas que queden. Echa el jugo de tomate en la cazuela y pon a hervir. Puedes ajustar el equilibrio entre dulzor y acidez con un poco de vinagre de sidra o una pizca de azúcar. Sea como sea, prueba y ajusta el aderezo con sal y pimienta a tu gusto. Si la sopa es poco densa, puedes hacer que hierva un poco más hasta que espese.
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6
Mientras tanto, prepara el pesto. Pon una sartén seca a fuego bajo o medio. Añade las pipas de girasol y cocínalas, removiendo regularmente durante unos minutos hasta que las pipas estén tostadas y desprendan su aroma. Aparta del fuego y deja enfriar.
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7
Pon las pipas frías y tostadas en un robot de cocina junto con el ajo, el queso y la sal, y pícalo todo hasta que tenga una consistencia bastante fina. Añade la albahaca y sigue picando hasta que esté todo bien fino, y luego añade poco a poco el aceite. Cuando todo esté mezclado en una textura suave y uniforme, salpimenta al gusto y echa el pesto en un cuenco.
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8
Cuando estés a punto de servir la sopa, puedes cocinar el pescado. Vuelve a calentar la sartén antiadherente a fuego medio. Añade el aceite de oliva, la hoja de laurel, el tomillo y el diente de ajo machacado, dos sabores que funcionan de maravilla cuando cocinas con caballa.
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9
Corta los filetes por la mitad, con lo que obtendrás ocho piezas pequeñas. Aliña ligeramente la caballa con sal y pimienta y coloca las piezas con la piel hacia abajo en la sartén. Cocina durante 2-3 minutos, hasta que los filetes estén casi cocinados del todo, y luego dale la vuelta y apaga el fuego. Los filetes terminarán de cocinarse con el calor residual de la sartén.
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10
Con un cazo, sirve la sopa en cuatro cuencos anchos. Añade dos piezas de pescado a cada cuenco y salsea el pesto por encima.
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11
Termina con un chorrito de tu mejor aceite de oliva, un poco de pimienta negra y un puñadito de hojas de albahaca, si te ha quedado alguna.
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12
Notas de cocinado
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13
La caballa es un pescado sabroso y oleoso con un sabor increíble. En mi opinión, es uno de los mejores pescados que se pueden comer. Es importante que sea fresco del día. Busca pescados con los ojos firmes y brillantes en el mercado y no te decepcionará.
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14
Me gusta usar pipas de girasol en lugar de piñones para el pesto porque me encanta el sabor que dejan. Las avellanas y las nueces también funcionan bien.
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15
Puedes cambiar la caballa por cualquier pescado que te guste. A mí me gustan las vieiras soasadas o, si el pescado no es lo tuyo, también puedes probar conhinojo caramelizado o incluso con una buena ración de intensos calabacines asados.