Ingredientes
- 800 g de hojaldre congelado, descongelado
- Harina, para espolvorear
- 30 ml de aceite de oliva
- 40 g de mantequilla
- 30 ml de miel
- 30 ml de mostaza de Dijon
- 45 ml de vinagre de vino tinto
- 3 ramitas de romero
- 10-12 puerros grandes, cortados en rodajas de 3 cm
- Sal marina y pimienta negra recién molida para sazonar
- 60 g de queso parmesano
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Método
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1Precalentar el horno a 220 °C. Extiende la masa sobre una superficie enharinada y recórtala para que quepa en una cacerola baja Signature de Le Creuset de 30 cm, utilizando la tapa como guía de medidas. Mete la masa en la nevera para que se enfríe durante 20 minutos.
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2Pon la cacerola a fuego medio y derrite la mantequilla con el aceite de oliva hasta que haga espuma. Añade la miel, la mostaza y el vinagre, y reduce el fuego a bajo. Deja que la miel se caramelice ligeramente. Cuando la mezcla de miel y mantequilla adquiera un color ámbar, apaga el fuego y esparce un poco de romero en el fondo de la bandeja asadora. Reparte los puerros por toda la superficie de la cacerola. Sazona con sal y vuelve a encender el fuego. Carameliza los puerros, controlando a menudo el color para que no se quemen.
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3Retira del fuego y ralla el parmesano. Cubre con la masa fría y pliega los bordes. Haz una cruz en el centro de la masa para que salga el vapor e introdúcela en el horno precalentado. Hornea durante 30-40 minutos hasta que la masa esté bien cocida. Déjala enfriar en la cacerola durante 5 minutos antes de volcarlo con mucho cuidado en un plato. Es posible que queden algunos puerros en la cacerola, pero basta con volver a colocarlos en la masa. Espolvorea con más parmesano rallado si lo deseas, y sirve con una ensalada verde fresca.